En los primeros tiempos, ocupada por los celtas, Coimbra creció culturalmente a medida que nuevos pueblos y civilizaciones llegaban a sus jardines.

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Siempre símbolo de resistencia, la ciudad más importante al sur del río Duero fue sede del primer rey de Portugal, D. Afonso Henriques, y también la primera capital del reino portugués. Fue cuna de grandes historias, como la del amor prohibido de Pedro I (1357-67) y la dama de la corte Inés, que inspira a poetas y escritores de todo el mundo.

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Durante el Renacimiento, Coimbra se convirtió en un lugar del saber cuando el rey João III (1521-57) decidió trasladar definitivamente la Universidad a la ciudad, un hito que aún hoy se desvincula de las tradiciones de la región.